miércoles, 20 de julio de 2011


Un ligero escalofrío recorre mi cuerpo solo con pensar en escribir estas líneas.

Tengo un nudo en el pecho que cada vez se cierra más, me siento ahogada y hastiada del veneno que empieza a recorrer mi cuerpo; dudas, indecisión, un miedo más bien convertido en terror y una decisión que revuelve mi cerebro y se retuerce en mi garganta cada vez que le impido liberarse.

Está claro que volar es tu sueño, construyes alas solidas como tus convicciones y sueños ligeros como plumas; no tienes nada que te lo impida; nada es imposible-, en tu mundo las cosas se realizan con la facilidad con la que un genio hace sonar sus dedos y cumple los deseos: el problema es que yo deje de creer en los sueños, construí una historia de fantasía para ambos que a medida que intercala con la realidad se hace tan pesada que me es imposible mantenerla.

Me hice a futuro contigo, soñé con la vida perfecta en una tierra lejana, le di nombre a nuestros hijos y nos imagine ancianos, descubrí el primer amor contigo, ese que todos tildan de eterno y mágico; ese que nos hace vivir de sueños y de esperanzas y que también es el más doloroso cuando no hay marcha atrás.

Hemos perdido en este juego de fantasía, está claro que a medida que dejas de soñar las alas se hacen más pesadas, me es difícil continuar al ritmo de tu vuelo, la brisa me golpea con más fuerza y a medida que tu tomas fuerza en tu vuelo, yo pierdo esperanzas.

Ahora nuevos aires hacen que te desvíes a nuevos caminos, inexplorados y llenos de experiencias; un nuevo viaje del que no hago parte y que en vez de sentir que nos acerca a nuestro destino, vuelve a apartarnos-

Como quieres que siga creyendo en los sueños si a medida que el principal avanza, aparecen nuevos.

Entonces me toca cerrar esas brechas a futuro, y concentrarme en el día a día, en luchar contra las brechas que propone la distancia, los malosentendidos, los silencios, la espera, el tiempo, el nudo que sigue apretando-

Ya soñé una vez, y me tocó despertarme a la fuerza, y en vez de rogar por tener un futuro, rogaba porque todavía hubiese un presente.

Hoy nuevamente repito el ciclo, y vuelvo a rogar porque se mantenga en presente, al menos el amor así duele un poco menos; al menos mantengo tu sonrisa ante mis ojos.