lunes, 2 de agosto de 2010

Me descubro...


Me descubro a mi misma como la persona que siempre he creído ser,

Aprendí que esa persona no concibe razones, es terca, inmadura, vive temerosa de todo y de todos, no se atribula ni baja la cabeza ante quienes lo merecen, pero sirve como “esclava” a quienes la maldicen.

Es celosa, orgullosa, altiva y arrogante, pero sólo para ella y sólo en su mundo; en el otro vive para complacer, para herirse y doblegarse, para sentirse humillada, derrotada y muchas veces sin defensa.

Confieso que me duele encontrarme así, me duele encontrarme en el rostro hiriente de aquellos que quiero, sus ojos, sus palabras me acuchillan cada una de las fibras de valentía y de orgullo propio que me queda, he visto mi espíritu derrumbarse ante cada gesto y quiero imponerme pero cada vez se me hace más difícil…

No quiero verme como esa persona, como la que creo ser, soy intolerante a sus manías por mantenerse allí, quiero verme como aquella persona que descubro cuando te miro a los ojos, aquella que es capaz de todo, que no se doblega ante nada, aquella que convierte los obstáculos en ventaja, aquella que ama sin dejar de ser ella, esa es realmente la persona que quiero ser.

No hay comentarios: